Hace mucho tiempo que no escribo en mi blog, y creo que esta es una oportunidad preciosa. Esto lo debí haber escrito hace muchos días atrás, pero varios factores me impidieron hacerlo. A quienes se habrán dado alguna vueltecita por mi ególog, ya habrán notado algunas cosas.
Hace bastante tiempo atrás, por medio de una amiga en común, Alejandra, nos conocimos. De ahí, y por mucho tiempo nos mandamos mails, o conversamos a través de ese invento llamado Messenger. Ella, sin conocerme, me regaló un libro, el “Origen y Formación del Partido Comunista de Chile”, de Hernán Ramírez Necochea, de la Editorial Progreso de Moscú (como verán, una joyita). A través de ella, conocí a una tremenda poetisa nicaragüense, Gioconda Belli, hecho del cual hice mención en esta tribuna, hace ya algunos años atrás. Siempre tuvimos la intención de encontrarnos, pero nunca pudimos… hasta este año.
Fue chistoso el inicio de todo. Nosotros estábamos en Paro en la Universidad, y un día martes, salgo de una reunión que tuvimos los voceros de los cursos con el Rector, pasadas las siete de la tarde. Bajé a la sala de computación y me encontré con ella conectada en el msn. Nos saludamos y ella me dice “¿Quieres casarte conmigo?”. Evidentemente, yo respondí con una serie de epítetos ilegibles. Luego le dije que primero nos debíamos conocer “en vivo y en directo” y quedamos de juntarnos ese fin de semana, el día sábado. Llegó el día, un poco aproblemado, pero pude salir a su encuentro. Nos vimos, y debo reconocer que sentí una suerte de “embobamiento a primera vista”. Conversamos abundantemente, compartimos unas tasas de amargodulzón café, y seguimos conversando. Conversamos toda esa noche. Allí fue cuando comenzamos nuestra relación, a la que decidimos llamar “compañerismo políticamente evolucionado”, en detrimento de la típica-chilena-expresión pololeo.
Desde ése momento han sido días muy lindos. El día 16 de abril de 2008, consigné en mi ególog, bajo el título “un payaso ayer en la micro dijo que el amor era lindo…”, en un texto escrito sólo con minúsculas, a modo de señalar que estaba dando una serie de golpes de cátedra a mi vida, lo siguiente:
“íbamos juntos. conversando de mil y una cosas a la vez, cuando se subió un payaso a la micro, y comenzó a conversar con nosotros y a reírse con y de nosotros. pero su mirada cambió. y dijo la frase célebre: «es lindo el amor»…
la verdad es que durante estos días me he sentido tremendamente feliz. el camino, arduo, pero bello. el objetivo: seguir construyendo certidumbres. y como dijera el viejo aristóteles: «el deber de todo hombre es ser feliz». lo soy y me siento completo”.
El 28 de abril, escribí en mi ególog lo siguiente:
“Me siento feliz. En el nick de mi messenger tengo plagiada una frase del viejo Aristóteles: «el deber de todo ser humano es ser feliz». Qué quieren que les diga, soy feliz. Siempre soñé establecer una relación en la que no fuese necesario hacer la típica pregunta básica: «¿quieres pololear conmigo?». Es entretenido comenzar definiendo nuestra relación como «compañerismo políticamente evolucionado», aunque para los demás lo llamemos «pololeo» (para que entiendan)… siempre soñé establecer una relación con quien pudiese conversar de política, de historia, de filosofía, de deporte, de las cosas simples, de mis certezas e incertidumbres, sin miedo al aburrimiento, y con el afán de una respuesta profunda o simple, según lo amerite… esa linda mujer, cumplimiento de sueños, se llama Mónica. Nuestro amor es afectivo, pasional, loco, raudo, fenomenólogico, hermenéutico, epistémico y por sobre todo revolucionario… esa es la linda historia que estamos tejiendo…”.
Y así fue como llegamos a la decisión de casarnos. Y llegó ese día. Sábado 24 de Mayo de 2008, nos prometimos amarnos para toda la vida, junto a nuestras familias, primero ante un oficial civil, y luego frente al Pastor de la Iglesia en la que he participado desde mi niñez. Para algunos esto ha sido una locura, y quizás lo sea. Pero es, entonces, una de las locuras más lindas que he vivido. Que estoy viviendo. Soy feliz, y tengo la certidumbre de decir “somos felices”, porque estamos viviendo y experimentando el amor, en el pleno sentido de aquella corta pero profunda palabra. Creo que lo expresamos en un escrito que regalamos a algunas personas, con formato de pergamino:
“Muchas personas, estos días nos han tenido, en su mente, su boca o corazón, constituyendo un discurso coherente en pro de nuestros éxitos o fracasos venideros, mas hoy, solo queremos aclarar que “la felicidad es un derecho, que nosotros desde hoy estamos dispuestos a ejercerlo en pareja”, frente a todas aquellas afirmaciones e interrogantes de… ¿y si no duran?… ¿y si fracasan?, les preguntamos y si no? y de ser así, ¿en qué momento perdimos el derecho como seres human@s a equivocarnos amando y sin hacer daño a otr@s?…
Bueno, lamentablemente no podemos, y creemos que nadie físicamente presente, puede conjugar el futuro y las certezas, mas entre nosotros mismos podemos hacer compromisos para los cuales no eran necesarios documentos, ni testigos, sólo nosotros y aquella presencia divina o cósmica, que creemos con toda certeza bendice nuestro presente, pues en nuestro presente sí se conjugan las certezas y sabemos que postulamos el ideal de para toda la vida, pero eso sólo lo dirá el tiempo, por ahora, podemos hacerlos parte de lo que nosotros consideramos amor, que es lo que nos hizo reunirnos esta tarde. Sólo pedimos bendiciones y buena energía, que es lo mismo que enviaremos a cada uno de ustedes…
No queremos olvidar a quienes se han alegrado y comenzado a soñar junto a nosotr@s. Nos sentimos felices con el abrazo tierno y sincero y con los buenos deseos de tod@s ustedes.
Pretendemos constituirnos en compañer@s políticamente evolucionad@s; queremos construir una historia para toda la vida, sustentada en eso tan revolucionario que llamamos amor. Sueños, ideas, proyectos y motivaciones se han ligado en el bello arte y acto de vivir.
Un abrazo,
Luis y Mónica”.
Es por ello, y más, que he querido hacerles partícipes, a través de estas líneas, de la más bella construcción histórica que he comenzado en mi vida. La más bella, porque en sus páginas se escribe la certeza del amor.
Luis Pino Moyano.
Publicado en un extinto blog, el 6 de junio de 2008.