“La destrucción del embrión en el seno de la madre es una violación del derecho a vivir que Dios le ha conferido a esta vida naciente. Suscitar la pregunta de si ya se trata o no de un ser humano supone sencillamente confundir la cuestión. El simple hecho es que la intención de Dios era crear una persona y que este ser naciente ha sido deliberadamente privado de su vida. Y esto no es otra cosa que asesinato.

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Una gran variedad de motivos pueden conducir a cometer un hecho de este tipo; en realidad, en los casos en los que constituye un acto de desesperación, realizado en circunstancias de indigencia humana o económica extrema y de miseria, la culpa puede radicar más bien en la comunidad y no en el individuo. Es precisamente en estos casos en los que el dinero puede ocultar muchos actos libertinos, mientras que el error más renuente del pobre se puede revelar con mayor facilidad. Todas estas consideraciones deben, sin duda, tener una influencia bastante decisiva en nuestra actitud personal y pastoral con la persona en cuestión, pero no pueden en ningún caso alterar el hecho de que sea un asesinato”.

Dietrich Bonhoeffer, en su libro “Ética”. Citado por: Eric Metaxas. Bonhoeffer: pastor, mártir, profeta, espía. Nashville, Grupo Nelson, 2012, p. 472.

Este pastor luterano, recordado por su relevancia en la resistencia contra el nazismo, no debe ser desprovisto de su contexto. Su relevancia y resistencia fue siempre bíblica y seguidora de Cristo. Aquí lo vemos, en una referencia que no estará en las bocas de quienes lo rememoran como un panfleto mudo, hablando del aborto siguiendo una ética bíblica que nunca disocia la verdad del amor. Por eso me pareció importante poner esta cita en mi bitácora.