No quise publicar nada sobre «Historia de un Oso», luego de ganar el premio Oscar, el primero para una producción cien por ciento chilena. ¿Por qué? Simplemente porque no la había visto. Eso, hasta hace un rato atrás, en que junto a Miguel y Sophía vimos este conmovedor cortometraje, evocador de un pasado que no sólo sigue estando presente sino que nos pesa. Con una sutil simpleza nos muestra la historia del desarraigo físico que no pudo significar desarraigo emocional. Dicha representación fílmica debe ser ocupada en la sala de clases para recordar-reflexionando, así como en los hogares chilenos sin distinción.
Emocionante como, a su vez, la realidad sigue superando la ficción. Hoy, los ganadores del Oscar fueron invitados al Palacio de La Moneda por la presidenta de la república, junto al oso de verdad, don Leopoldo Osorio, quien fuera Regidor de la Comuna de Maipú y secretario de Salvador Allende, quien no quiso asistir. Dijo: «Hoy me llamaron desde La Moneda para que a las 18:00 fuera a acompañar a Gabriel y su equipo, pero no quiero volver ahí porque es un lugar muy triste», para luego señalar: «volvería a ir a La Moneda cuando cambie la Constitución, cuando no esté la que creó Pinochet». Ojalá se ponga fin al espectáculo circense, en la cara metáfora fílmica, que tanto daño ha hecho a este país.
Merecido reconocimiento.
Luis Pino Moyano.