Nota introductoria:
Este es un material eminentemente pedagógico. Su base original estuvo en mis apuntes de clases para un módulo de un Diplomado en Teología Pública y Política, organizado por el Centro de Extensión de la Facultad Teológica Reformada. Luego de la grabación de las clases, organicé y edité dichos apuntes en el formato de un “cuaderno de trabajo”, con la intención de facilitar el seguimiento de las materias abordadas y proveyendo referencias que ayudaran a la profundización.
El material buscaba acercar, también, la lectura de un libro que hasta el momento de la elaboración del material (agosto de 2021) sólo estaba disponible en inglés y en portugués por el filósofo y cientista político canadiense David Koyzis titulado “Visiones e ilusiones políticas. Un análisis y crítica cristiana de las ideologías contemporáneas” [1]. Dicho libro cuenta hoy con una traducción al castellano que invito a adquirir. El libro tiene nueve capítulos y un epílogo, los que fueron base para la parcelación de la materia en cuatro partes, a saber:
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- Introducción: ideología, religión e idolatría. Trascendiendo a las ideologías.
- Liberalismo y soberanía del individuo, conservadurismo y la historia como fuente de las normas y nacionalismo como deificación de la idea de nación.
- Democracia y el “vox populi, vox Dei”, y el socialismo y la salvación por la propiedad común.
- Una alternativa no ideológica: dos abordajes cristianos y la relación entre estado y justicia.
Para analizar estos cuatro grandes ejes temáticos, nos hemos propuesto tener como finalidad del curso el estudiar las ideologías, su lugar en la política y la vida humana y, específicamente, “la evaluación de su impacto sobre el estado o comunidad política, que es la comunidad que reúne y vincula a los ciudadanos y su gobierno para el propósito de ejecutar y mantener la justicia” [2].
Como ya se ha venido haciendo en estas páginas, todo texto que esté en color azul, es señal de un resumen o traducción literal de las ideas de Koyzis. Aquello que aparezca en negro, forma parte de un texto original mío. Esta licencia pedagógica que me permito para este formato de texto (un “cuaderno de trabajo”), busca dejar bien establecido cuando es Koyzis quien habla, más allá de las citas directas que serán referidas a pie de página. Hoy comparto este material en mi blog con el fin de colaborar en la formación de un bagaje de herramientas que permitan desarrollar las tareas de una teología pública, en la comunicación del testimonio de la fe en Cristo, como proclamación del evangelio y como presentación y aplicación de una cosmovisión, en la ciudad que te toca vivir, con un público que no necesariamente es cristiano. Y, junto con ello, ayudarte a discernir bíblicamente aquello que se puede aceptar o modificar y lo que se debe rechazar de las ideas que circundan en el mundo, teniendo como base la Palabra de Dios.
Los conceptos de “visión” e “ilusión” tienen un límite bastante difuso, puesto que las cosmovisiones no pueden ser reducidas a un laboratorio y a la demostración empírica. Es más bien:
- una visión pre-teórica;
- arraigada en un compromiso religioso básico (reconocido o no); y
- en interacción con la experiencia cotidiana de la vida.
Para Koyzis la ilusión es una interpretación distorsionada de la realidad, lo que no limita su poder de persuasión y su pretensión de veracidad. Por ello, es que necesitamos reconocer la compleja relación entre visiones e ilusiones opuestas, pues a pesar de los debates y tensiones que hay entre ellas, muchas de ellas, sea cual sea su matriz política tienen como origen una fe religiosa que ve el cosmos como un sistema esencialmente cerrado, sin referencia a un creador o redentor. Más allá del conflicto hay una matriz idolátrica que les dota de existencia. Las ideologías políticas son los ídolos de nuestra era, al decir de Bob Goudzwaard, economista holandés de tendencia reformacional (Koyzis sigue esa línea de pensamiento en su análisis).
Todo lo anterior tiene su expresión en el concepto de ideología. Según Koyzis, las ideologías son “formas modernas del fenómeno perenne de la idolatría, trayendo en su bolso sus propias teorías sobre el pecado y la redención. Desde el inicio de su narrativa, la Escritura denuncia el culto a los ídolos, falsos dioses que los seres humanos crean. Como las idolatrías bíblicas, cada ideología se fundamenta en el acto de aislar un elemento de la totalidad creada, elevándolo por encima del resto de la creación, haciendo que ella gire en torno a la órbita de ese elemento y lo sirva. La ideología también se fundamenta en el presupuesto que ese ídolo tiene la capacidad de salvarnos de un mal real o imaginario que hay en el mundo” [3].
Y las ideologías tienen, desde una perspectiva cristiana, tienen una raíz profundamente idolátrica, pues se traducen en la absolutización de una parte de la realidad, en falta de realismo (todo es mirado con el prisma ideológico, y allí la teoría “nunca se equivoca”), en la secularización de los motivos religiosos y la deificación de una cosa creada.
Aquí es preciso decir algunas cosas relevantes:
- No toda teoría política puede ser entendida como ideología. Para Koyzis la ideología no sólo es una mirada distorsionada de la realidad, sino la popularización de una teoría política o filosófica normativa.
- La ideología en tanto idolatría, es base de otros pecados. La ideología es una falsa narrativa de redención en la historia, en el aquí y el ahora.
- Las categorías de izquierda y derecha, surgidas en el contexto de la Revolución Francesa, se quedan cortas para entender los constructos políticos del presente por las siguientes tres razones: a) están atadas a circunstancias históricas y locales; b) no distingue adecuadamente la relación entre igualdad y desigualdad, autoridad y libertad, y anquilosa la relación entre progresismo y consevadurismo, que no son sinónimos de izquierda y derecha respectivamente; c ) no permite reconocer la raíz idolátrica de quienes ponen en el centro al ser humano (individuo/comunidad).
- La preocupación cristiana por la verdad nos debe llevar a una actitud de discernimiento permanente. Cristo es “la” verdad y la verdad conocida nos hace libres.
¿Cómo trascender a las visiones ideológicas que son antagónicas en relación a nuestra fe, específicamente en el contexto que nos toca vivir? Vivimos en una sociedad que pareciera avanzar en la radicalización del proceso de secularización inaugurado en los albores de la Modernidad. La secularización consiste en el progresivo desgajamiento o desapego de los motivos religiosos a la hora de comprender la realidad natural y social. Los progresistas del presente quieren hacernos pensar, con una lectura bastante fatalista de la historia, que este proceso no tendría vuelta y debiese derivar, en su versión moderada, en el desplazamiento del discurso religioso al espacio privado, o en el discurso más radical, a la eliminación de la religión de la sociedad.
Pero acá, hay que decir que la Modernidad no produjo de inmediato la “muerte de Dios” o la crítica a la religión “opio” (ambas metáforas, una de Nietzsche y otra de Marx, respectivamente). En Europa tenemos entre Galileo y Hegel a pensadores que adscribían, también, a la dotación de inteligibilidad del relato religioso, siendo algunos de ellos creyentes. El obstáculo lo puso el cientificismo naturalista con su estatuto de la verdad. Esa es la base teórica del ateísmo. Eso hace que el secularismo no sea ausencia de fe, sino una nueva forma de creer, con otros presupuestos y premisas que tampoco pueden ser comprobados científicamente o reducidos a un laboratorio. Dicha forma de entender y hacer la ciencia, de manera posterior a la Segunda Guerra Mundial y hasta la actualidad, tiene un férreo cuestionamiento, sobre todo cuando parte importante de los cultores de las ciencias de la naturaleza y de la sociedad han aceptado la idea de que “quien mide modifica lo medido”. El filtro cosmovisional es relevante a la hora de mirar la realidad, y podría considerarse un acto deshonesto no reconocer ni explicitar dicho punto de mira. Lo que define el momento actual, llamado por unos posmodernidad, por otros modernidad radicalizada o modernidad líquida, la mantención de la sospecha de las verdades absolutas, el relativismo, la radicalización del individualismo y la caída de los metarrelatos [4].
Si hacemos una lectura conjunta de Romanos 12:2 y Colosenses 2:8, deberíamos tener muy presente que necesitamos cuidarnos de las ideas del sistema imperante, luchando contra lo “políticamente correcto” y los “sentidos comunes” de la época que son instalados por múltiples medios, dando forma a la realidad y los lentes para observarla. Por ello, es que nuestras mentes deben vivir una profunda transformación espiritual, no olvidando que la actividad intelectual también puede (¡y debe!) ser parte de nuestro culto al Señor. Jesús señaló a sus discípulos horas antes de ir a la cruz que él era el camino, la verdad y la vida (Juan 14:6), y en dicha declaración no dejó más opción que mirarlo, conocerlo y amarlo sólo a él. Cuando conocemos a Cristo no hay lugar para el relativismo.
Esquema: ¿Cómo analizar ideas foráneas al cristianismo desde un prisma cosmovisional?
Luis Pino Moyano.
[1] David Koyzis. Visões & ilusões políticas. Uma análise & crítica cristã das ideologias contemporâneas. São Paulo, Edições Vida Nova, 2018. La traducción es mía en esta y en todas las referencias a dicho material. Puede conocer más sobre el pensamiento de Koyzis y sobre su libro en la entrevista que realizamos junto a Jonathan Muñoz disponible en: http://youtu.be/DG3jU6BzwgI (Consulta: enero de 2023).
[2] Ibídem, p. 18.
[3] Ibídem.
[4] Sobre esta temática, véase: Theo Donner. Posmodernidad y fe. Una cosmovisión cristiana para un mundo fragmentado. Barcelona, Editorial CLIE, 2012; Timothy Keller. La razón de Dios. Barcelona, Publicaciones Andamio, 2014; Lucas Magnin. Cristianismo & Posmodernidad. La rebelión de los santos. Barcelona, Editorial CLIE, 2018; y, Francis Schaeffer. Huyendo de la razón. Barcelona, Ediciones Evangélicas Europeas, 1969. Trabajo con mayor profundidad estas ideas en: Luis Pino. En el balcón y en el camino. Reflexiones desde una cosmovisión cristiana. Saint-Germain-en-Laye y Santiago, Ediciones del pueblo, 2021, pp. 2-35.