El ciudadano Ricardo Lagos, el mismo que apuntó en pantalla al dictador, que fuese presidente de la república entre 2000 y 2006, y que terminara siendo defenestrado por su propio partido en abril de 2017 en su último intento de candidatura presidencial, sigue siendo un actor político clave. Nos guste o no. Lo evaluemos desde su lucha antidictatorial, o desde la clave del socialismo renovado, o desde una presidencia que comenzó con la idea del primer presidente socialista luego del golpe militar que derrocara a Salvador Allende y que terminó con el aplauso cerrado del empresariado en ese acto litúrgico que es la ENADE, o desde los fiascos del CAE y el Transantiago. Pese a ello o junto con ello, Lagos sigue siendo uno de los últimos bastiones de la política letrada: un político que escribe, que explica latamente y que sigue pensando al país de cuarenta o cincuenta años hacia adelante. Desde dicho prisma, que cuando pienso en el expresidente es el factor preponderante de mi mirada sobre él, sus dos epístolas vienen a ser una contribución al debate político democrático. Sí, porque la política en la democracia no se construye en la negación del conflicto sino en su explicitación en un marco institucional y/o público. Por ello, creo importante analizar dichos documentos
La primera epístola de Ricardo Lagos.
La primera epístola laguiana fue fechada el 16 de junio de 2022, y tiene como destinatarios Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez, en cuya salutación y luego de la formalidad, les refiere como “estimada amiga, estimado amigo”. Un detalle no menor, es que la carta tiene el membrete de la Fundación Democracia y Desarrollo, presidida por Lagos y que es el espacio creado por él para seguir teniendo un nexo con el debate público. La carta es breve, y se dedica en un primer momento a enumerar las ocasiones en las que Lagos contribuyó a la discusión de la Convención Constitucional, ya sea por iniciativa personal o por invitación de algunas comisiones. Luego, y teniendo dicha actuación como precedente, solicita que no se le tenga en cuenta para participar del acto de presentación del texto final de la propuesta constitucional llevado a cabo el 4 de julio, teniendo como causa el aforo del lugar y la prioridad a otras personas que no tuvieron sus mismas oportunidades de participar con antelación. Como el documento que apareció en el espacio público fue escaneado, puede notarse su firma, además de una despedida escrita a mano que señala “con especial afecto!!!”.
No se corre ningún riesgo interpretativo para señalar que este es un documento triste, pues viene a ser respuesta a la falta de consideración, decencia y cordialidad de la Comisión no sólo a un expresidente, sino a quien tuvo el interés de “colaborar, en la medida de mis posibilidades, con el trabajo de la Convención Constitucional”. Si bien es cierto, Ricardo Lagos es uno de los sujetos claves de los 30 años que son el germen del reventón social de octubre de 2019, como señalé en mi post anterior sobre el proceso constituyente, la discusión sobre la invitación a los expresidentes fue morbosa, pues mostró a los convencionales que se oponían a ella como erráticos, torpes y poco inclusivos a la diversidad. La carta de Lagos visibilizó la falta de cortesía que cuando se manifiesta no quita lo valiente. Es decir, esta carta no es triste por lo que refiere a Lagos, sino en relación a la calidad democrática de la instancia constituyente, que le hace un flaco favor al proceso.
La segunda epístola de Ricardo Lagos.
Esta es una carta general, urbi et orbi, y que fue fechada hace dos días atrás, el 5 de julio de 2022, y que fue difundida a través del blog personal de Ricardo Lagos [2]. Al final del texto del blog existe la posibilidad de descargar el documento en formato PDF, lo que ha generado una disputa en redes sociales, puesto que cuando se busca el origen del documento aparece que su autoría corresponde a “jorge correa” [sic]. A mi juicio es una disputa vacua, puesto que Jorge Correa Sutil que en una primera instancia habría señalado no tener nada que ver con el documento, reconoció su participación en los siguientes términos: “En efecto, he conversado algunos aspectos constitucionales con el Presidente Lagos, quien me mostró un borrador escrito, al que le incorporé cuestiones de técnica constitucional. Yo mismo reescribí el texto pero finalmente fue el propio Presidente quien visó algunos aportes y eliminó otros que le planteé. El Presidente Lagos no es pauteable” [2]. Es decir, Correa habría participado como un amanuense, que goza de la libertad editorial de corregir y añadir, pero que no puede visar o declararse como autor del documento, sea cual sea la extensión de lo que haya escrito. El documento está firmado por Ricardo Lagos y eso es lo que termina valiendo.
Por muy duras que sean las palabras de Ricardo Lagos, hay muchos instantes de verdad en ellas, y es necesario que tengamos en cuenta sus alcances. Enumero:
· Es cierto que el momento constituyente no habrá terminado el 4 de septiembre de 2022, sea que gane el “Apruebo” o el “Rechazo”, y frente a esa coyuntura el gobierno tendrá que abrirse como conductor del proceso y el congreso suscitar en tiempo breve un proceso de reformas, ya sea a la Constitución vigente o a la nueva.
· La palabra consenso tiene una mala barra producto de su uso hasta el hartazgo por ciertos actores de la fenecida Concertación, pero ella tiene un talante democrático que supone el diálogo honesto, el encuentro con los diferentes sean mayoría o minoría, y el acuerdo que posibilita la sociabilidad. Y si bien es cierto, ninguna Constitución en estricto rigor es “la casa de todos”, es esperable que un texto de dicha índole debiese permitirnos ”dejar de debatir acerca de ella para convivir dentro de ella” [3].
· Lagos señala: “Si gana el apruebo, se debe abrir el debate para incorporar mejoras en el texto. Si gana el rechazo, lo logrado por la Asamblea Constituyente no podrá dejarse de lado, pues hay elementos muy rescatables en su propuesta, que debieran ser incluidos en cualquier Constitución que se escriba en el futuro” [4]. No me referiré a las propuestas de cambio que en los párrafos siguientes menciona el expresidente, pero sí lo haré respecto de la cuestión de fondo. Acá Lagos no está señalando un apoyo a las opciones “Apruebo” o “Rechazo”, sino que está realizando un acto de constatación de realidad. Si gana una opción y no la otra, tal cosa es lo que debería ocurrir, es la lógica discursiva. Lagos sigue en la suya, haciendo política con mayúsculas, pensando en el devenir, en los escenarios posibles, y claro está, quienes están “arriba de la pelota” legítimamente en una de las dos opciones, no logran percibir aquello. Es clave para la acción política construir múltiples escenarios para dotarlos de viabilidad en el futuro. Por eso dice: “El desafío por venir consistirá en construir una buena Constitución que nos una, a partir del texto que resulte vencedor” [5]. Y cierra su carta señalando: “Como otras veces en nuestra historia, Chile podrá hablar con una sola voz interpretando a la inmensa mayoría de chilenas y chilenos, que esperan de este ejercicio un país unido en su carta constitucional para el Siglo XXI” [6]. Lagos no está pensando en la coyuntura constitucional, está pensando en el Chile de cuarenta o cincuenta años más. Y quienes han seguido su carrera política sabrán que esa mirada ha sido una constante en su lectura de la realidad social.
¿Dónde está el problema?
A mi juicio hay un problema triple. Dos problemas son de quienes leemos los documentos. Y el último, fue suscitado por su autor.
Respecto de los problemas suscitados por la lectura de los documentos, uno proviene de la intención de encasillarlos en una opción, principalmente la del “Rechazo”. Esto ha generado que personas que a fines de los 80 y principios de los 90 veían a Lagos como un continuador de la Unidad Popular (para lo cual se realizó una de las más sucias campañas políticas en la historia republicana de Chile), hoy se declaren “laguistas”, medio en serio o medio en broma. Y junto a ellos, resucitados actores de la fenecida Concertación (léase, Tarud, Alvear y hasta Landarretche), aprovechándose del capital político de Lagos, salgan a realizar un manifiesto apoyo a la opción “Rechazo”. Por otro lado, figuras laguistas (el también resucitado Escalona), salen a corregir al expresidente en su discurso escrito. ¿Cuántos más se encontrarán con el complejo freudiano de matar al padre por estos días? Pero ese anhelo, surge de un error interpretativo muy recurrente en los tiempos de predominancia de las redes sociales: atribuirles a los textos cosas que no dicen. Lagos no se está posicionando por un “Apruebo” o un “Rechazo” en su segunda epístola, porque no es la finalidad de dicho documento. Por ello, creo que el criterio interpretativo de Gabriel Boric sobre las palabras del expresidente es acertado. Él señaló: “A mi me parece que lo que señala el expresidente, por cierto muy respetable dada su trayectoria, y que pone dos escenarios que son para mí bastante claros. En uno, de aprobarse la Constitución hay que hacerle mejoras, como lo señaló ayer la presidenta de la Convención Constitucional, como lo señaló Gaspar Domínguez también, como yo mismo, como presidente de la república estoy de acuerdo de que hay que tener esa disposición. Y en la otra opción, que es en la que gana el Rechazo, hay que depender del veto histórico que ha tenido la derecha para hacer reformas sustantivas a la Constitución. Es el pueblo el que tendrá que decidir. Yo siempre he dicho que ambas opciones son legítimas, nuestro rol como gobierno es que todos los chilenos y chilenas voten informados, para eso estaremos contribuyendo en la distribución del texto, y ojalá haya un debate con altura de miras” [7]. Esta declaración enfatiza en el carácter de constatación de la realidad que tiene el documento de Lagos.
Por otro lado, el segundo error de análisis de lectura, proviene de no leer el texto en su contexto. No es la primera vez que Lagos habla sobre la Constitución de 1980, reformada bajo su presidencia en 2006. Y hay un texto capital para referir lo que piensa de la carta fundamental vigente: sus memorias. Las memorias son un tipo de documento que está pensando todo el tiempo en el porvenir, en cómo quiere ser evaluado el testimoniante en el futuro. Y Lagos escribió una muy extensa memoria publicada en dos tomos. En la introducción del segundo tomo, que habla desde el día siguiente al triunfo del NO el 5 de octubre de 1988 hasta el último día de su gobierno el 11 de marzo de marzo de 2006, el expresidente reporta un elemento temporal relevante. Ese tomo se terminó de escribir una semana antes del 18 de octubre de 2019. Entonces, antes del 18 de octubre, en medio del desarrollo de su testimonio, Lagos señaló sobre la Constitución vigente: “Nunca se pensó que la ‘nueva’ Constitución de 1980 – sin los enclaves autoritarios- significaba un orden político perfecto ni una democracia absoluta. Sí, en cambio, pensamos que la eliminación de estos enclaves ya permitía hablar de una democracia estándar; por eso usamos mucho el concepto ‘test democrático’ para graficar el punto. Ese fue el avance logrado con la reforma de 2005” [8]. Después del 18 de octubre, específicamente en mayo de 2020, Lagos señala en una introducción en la que se hace cargo auto-críticamente de la proclama contra los 30 años, lo que sigue: “Dicha Constitución, no obstante sus correcciones ha seguido siendo una camisa de fuerza a la cual hemos tenido que sujetarnos todos los gobernantes. […] Esta Constitución, tan difícil de reformar -sumada a cientos de normas, leyes y reglamentaciones dictadas por la dictadura saliente, y la tenaz oposición de la derecha de modificar en algo las reglas del juego- dio como resultado que los posteriores gobiernos democráticos han debido desenvolverse con este modelo y conseguir, dentro de sus acotados límites, mejorar la calidad de vida de los chilenos” [9]. Por tanto, Lagos reconoce allí las escasas posibilidades para el juego democrático que otorga la actual Constitución, y que las reformas que derivaron de la destrucción legal de los enclaves autoritarios, habría posibilitado con dificultades algunas reformas para el bien de la sociedad, y que ella misma, no es en ningún caso el texto de la democracia por excelencia. En otras palabras, si el Rechazo gana, es ese texto el que se mantiene vigente. Un texto originado en dictadura, al que se le realizaron las reformas que fueron posibles de ser efectuadas, con la fuerza transicional de la derecha mediante. Este juicio a la Constitución que lleva su firma es clave interpretativa para las alusiones recientes del expresidente.
No obstante todo lo anterior, creo que Lagos ha asumido el problema suscitado específicamente por su segunda carta de manera insuficiente. Cuando se escribe, se tiene que asumir lo que se dice y pedir ser evaluado por aquello, pero también, en la medida que sea necesario, hacerse cargo de lo que se entendió, porque el acto comunicativo se da con otros. Lagos, luego de asentar que el juicio de su carta debe centrarse en la constatación de la realidad, señaló hoy 7 de julio lo siguiente: “habríamos esperado que hubiera un alto grado de consenso, porque en definitiva eso es un proceso constituyente. Y el encono que veo hoy entre el Rechazo y el Apruebo es tan grande, que entonces me rebelo a ser encasillado […] como quiera que yo responda, lo único que va a servir es para ahondar que unos u otros tienen razón. El país me conoce, no escabullo los bultos, los enfrento” [10]. Si bien es cierto, es posible empatizar con Lagos al reconocer el desequilibrio comunicacional respecto de si se opta por el Apruebo o el Rechazo, y que cada cual puede optar legítima y libremente por una de esas alternativas, y junto con ello, reconocer que sus palabras no pueden ser utilizadas como criterio de autoridad a diestra y a zurda sin un ejercicio comprensivo, no es posible llevar a cabo toda su solicitud. Él no puede rebelarse del todo a ser encasillado. Puede no querer estar encasillado en el Apruebo o el Rechazo, pero él ya está encasillado históricamente: socialista, fundador del PPD, expresidente de la república. Entonces, no puede desconocer su propio contexto de enunciación. No es cualquier militante de base de un partido que puede rebelarse contra la línea de su orgánica. Es un militante histórico cuyas palabras están cargadas de dicha densidad. Y si no quiere ser encasillado, habría que señalarle al expresidente que ya lo ha sido por algunos como parte de la opción “Rechazo”. Por ende, lo más coherente para la discusión democrática en su caso no es ser encasillado, sino voluntariamente encasillarse, sea en la opción que su partido ha asumido o en otra decidida por la libre. Su trayectoria política lo hace responsable de ello.
Si hay algo que queda claro de toda esta discusión es que, a diferencia de lo que algunos han señalado, la política es con llorar y, como el mismo Lagos dijo el día en que fue defenestrado por su partido y al final del segundo tomo de sus memorias, “la vida continúa”. Veremos cómo continúa.
Luis Pino Moyano.
[1] Ricardo Lagos. Declaración sobre una nueva Constitución. En: https://www.ricardolagos.org/2022/07/05/declaracion-sobre-una-nueva-constitucion/#more-1099 (Consulta: julio de 2022).
[2] “Definitivo: Correa Sutil, declarado hombre del Rechazo, reconoce que coescribió la carta de Ricardo Lagos”. En: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2022/07/07/definitivo-correa-sutil-declarado-hombre-del-rechazo-reconoce-que-coescribio-la-carta-de-ricardo-lagos/ (Consulta: julio de 2022).
[3] Lagos. Declaración… Op. Cit.
[4] Ibídem.
[5] Ibídem.
[6] Ibídem.
[7] En: https://twitter.com/T13/status/1544377183560499201 (Consulta: julio de 2022. Corresponde a un tweet de la cuenta del noticiero Teletrece, que tiene un vídeo de una entrevista en vivo a Gabriel Boric el mismo día 5 de julio de 2022, día en que fue publicada la segunda carta de Lagos).
[8] Ricardo Lagos. Mi vida. Gobernar para la democracia. Memorias II. Santiago, Penguin Random House Grupo Editorial, 2020, p. 795.
[9] Ibídem, p. 18.
[10] “‘Me rebelo a ser encasillado’: Ricardo Lagos se niega a hacer pública su opción para el Plebiscito y explica el ‘malentendido’ de su carta. En: https://www.theclinic.cl/2022/07/07/ricardo-lagos-opcion-plebiscito-carta/ (Consulta: julio de 2022. Toma un fragmento de la entrevista que será publicada en La Tercera el próximo domingo 10 de julio de 2022).
La primera epístola:
La segunda epístola: